27 ene 2015

Mafias

Plutocracia significa el gobierno de los ricos para los ricos. Del griego ploutos 'riqueza' y kratos 'poder') es una síntesis crítica que se hace a la democracia, al sufragio universal y al parlamentarismo, pudiendo enunciarse como un sistema de gobierno en el que el poder lo ostentan quienes poseen las fuentes de riqueza. Wikipedia cita una frase muy ilustrativa de los años cuarenta de siglo pasado, del escritor y dramaturgo irlandés George Bernard Shaw (1856-1950), ganador del Nobel de Literatura 1925 y del Oscar en 1938 por su película Pigmalión: «La plutocracia, después de haber destruido el poder real por la fuerza bruta con disfraz de democracia, ha comprobado y reducido a la nada esta democracia.
El dinero es el que habla, el que imprime, el que radia, el que reina, y los reyes, lo mismo que los jefes socialistas, tienen que acatar sus decretos y aún, por extraña paradoja, que suministrar los fondos para sus empresas y garantizar sus utilidades. Ya no se compra a la democracia: se la embauca». 

Los grandes financieros y los lavadores de dinero sucio, tienen el efectivo y el acceso al crédito; y por la falta de un auténtico y efectivo Estado de Derecho que ponga orden institucional, algunos analistas destacan como problemas serios la conexión del poder político con el narcotráfico, las deficiencias del sistema de justicia, el aumento de la violencia criminal, la gran concentración de la riqueza y el ingreso como principal impedimento para el crecimiento económico. Se ha instalado en la economía global todo tipo de mafias que siempre quieren su “mordida”. Y por su parte la Plutocracia, tiene sus grupos de guardaespaldas, de matones, de extorsionadores, de evasores de impuestos, de tráfico de armas, de drogas, de órganos humanos y de animales, de tráfico y trata de personas, de tráfico de divisas, de medicamentos y de influencias. Lo único que prevalece en el tiempo son las “comisiones” sobre todo tipo de obras y compras gubernamentales, estatales, locales, regionales, mientras crecen la desfachatez, los magnicidios y la compra de voluntades. Son gobernantes de pacotilla con abultadas cuentas bancarias y falta de honor. Buscan el poder político para ser más ricos y menos acomplejados.
Son arribistas que se perpetúan en el poder para tener impunidad y más dinero. Tienen una malévola adicción por el dinero y no se dan cuenta que, como decía mi abuela: “la mortaja no tiene bolsillos”. Texto: E. Martinchuk.

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